Hoy ha sido un día especial porque LOS PROTAGONISTAS salen de excursión en autobús, por primera vez desde que empezaron el cole.
Estaban un poco inquietos por la novedosa experiencia, algo expectantes por saber de qué se trataba y sobre todo muy contentos al afrontar "esta interesante aventura".
Antes de partir, como es lógico y natural, las mamis dan los últimos consejos:“Pórtate bien”, “no te sueltes ”, “haz caso a la seño”, “no te pongas de pie en el autobús”… Ufffff... "¡Qué pesada es mi mami!"
A mi madre se le leía
perfectamente en la frente: "Me cuesta mucho hacerme a la idea de cómo
una sola profesora va a ser capaz de manejar a veintitantos niños de 3
años"...
" Los cinturones de seguridad no se tocan", "hay que mirar hacia delante para no marearse e ir bien sentado"..."¡Estoy hasta la gorra!"
Hasta el último momento todo el mundo diciéndonos lo que debíamos y no debíamos hacer : "Vaya lata"...
Pero, por fin, el autobús arranca y se empieza a mover. Me despido de mi mami agitando la mano con entusiasmo.
Ahora soy yo quien empiezo a pensar si me voy a marear y se me estropeará el viaje. Pero en ese momento... aparece la seño con una bolsa y se sienta a mi lado. ¿Para qué se habrá sentado aquí?, me pregunto... Entonces abre la bolsa, saca un limón y me dice que lo vaya oliendo por el camino..."¡Qué cosas más raras dice mi seño!. ¡Desde luego, olía muy bien!, Y, por cierto, no sé si será porque olí el limón pero...¡ no me he mareado!...
Bueno, ya sólo queda esperar un ratito y llegar a la granja. "¡Estoy impaciente. Qué ilusión!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario